Texto en base a Sacks, O. (1996). Escotoma: una historia de olvido y desprecio científico.
Sacks normalmente es mucho más descriptivo y misterioso en sus textos y en este caso hace una recopilación de casos para ilustrar una misma situación. Sacks no acostumbra hablar de varios casos, sino de uno solo en profundidad dando un poco a entender que cada historia es diferente. En este escrito se percibe una narrativa más densa que los reportes de casos que llevan cierta fluidez que facilita la lectura. No parece un texto de Sacks.
Independientemente de su procedencia la idea básica es clara y directa: la ciencia crece de forma cíclica en el sentido de que olvida y recuerda dependiendo de si es culturalmente posible hablar de ciertos fenómenos. La ciencia es un caos, como las figuras de los migrañosos, hay un aparente desorden de información que casualmente se une para formar relaciones que guardan cierta coherencia entre ellas. Creo que la coherencia y la racionalidad (lo que es y no es racional en cierto momento) son productos culturales, como la ciencia, y por tanto dependen de la época histórica que cada cultura vive. Para toda época hay conocimiento científico más común y accesible que otro. Hay fenómenos que lucen y otros que se desconocen (o se lucha por desconocer). En cada época hay en el plato cotidiano ciertas ideas que le dan sentido a los “avances de la ciencia”. Por eso, hay ideas para las que nadie está preparado por mucho que se haya entrenado en la creatividad humana. Sacks considera el efecto de las creencias y prejuicios sobre el nuevo conocimiento, aunque yo agregaría que la cultura entera atiende o no explicaciones sobre fenómenos que le sean familiares. No habría un Freud sin una Anna O, pero tampoco habría un Freud sin un contexto que histerizara a las mujeres y que empezara a ser consciente de ello. Creo que en el viaje a los adentros uno tiene que aprender a ser consciente de uno mismo para luego llegar a entenderse. Creo que el propósito no explícito de la ciencia es normalizar el conocimiento común, es decir, tomar de la cultura lo suficiente como para redactar una idea que ya se maneje en la sociedad aunque de forma discreta.
Lo que postula Sacks sobre las ideas prematuras y el riesgo de comentarlas podría caer en un desarrollo individual de cada científico, aislándose poco a poco de la comunidad científica. Creo que no se puede evitar generar ideas prematuras a la época y ser tachado de esotérico, es cuestión de prueba y error. Algunas ideas se aceptarán y otras se enterrarán para ser recuperadas después.
La observación de cualquier fenómeno para poder describirlo y luego intentar entenderlo es probablemente es tarea titánica por tener que superar las expectativas pero al mismo tiempo situar en un contexto el fenómeno en particular.
Referencia
Sacks, O. (1996). Escotoma: una historia de olvido y desprecio científico. En Sacks, O., Kevles, D., Lewontin, R.C., Gould, S.J. & Miller, J. (1996) Historias de la ciencia y del olvido. Madrid, España: Siruela.
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